Estimulación cognitiva
Autonomía para personas mayores a través de psicoestimulación.
Porque ser mayor no significa ser incapaz.
Una situación de dependencia puede iniciarse de forma inesperada o ser previsible.
El diagnóstico de una demencia, sufrir un infarto cerebral, la evolución de enfermedades degenerativas como el Parkinson o cualquier otro bache en la salud que afecte la percepción, la memoria, el lenguaje o la atención limita la vida de la persona afectada y de sus familiares o cuidadores.
También produce un sufrimiento psicológico y emocional.
¿Cuidas de un familiar mayor que cada vez es más dependiente?¿Te han detectado una enfermedad neurodegenerativa?
- Es probable que no sepas cómo actuar ni por dónde empezar.
- Improvisas o aceptas recomendaciones (no siempre acertadas) de amigos o conocidos que han pasado o están pasando por una situación similar a la tuya.
- Tu casa y la calle de repente se han convertido en entornos poco seguros; no están preparados para las dificultades y retos asociados con la disminución de las capacidades físicas y mentales.
Y a todas estas dificultades quizás se suman problemas de conducta generados por la propia enfermedad (irritabilidad, desinhibición, tristeza, apatía…)
Tu vida personal ya no es la que era.
Y en la familia todo el mundo opina: ¿Hacemos turnos para cuidar? ¿Contratamos a alguien para que nos eche una mano? ¿Acudimos a la asistente social?
La situación es confusa y los procesos de decisión son lentos. Por no hablar de las interminables listas de espera de los recursos públicos, como centros de día o residencias.
El tiempo pasa y la llegada de soluciones se eterniza.
Necesitas orden, planificación y orientación profesional para conseguir un día a día sin complicaciones y una vida sin angustia.